La Prehistoria de la Raya se abre paso en el Tajo Internacional

A 700 metros de altura se divisa la silueta difuminada de Marvão, Castelo de Vide y Malpica. Estamos en La Raya y el río marca la frontera natural entre España y Portugal. Arriba, la Sierra de San Pedro. A nuestros pies, la llanura del Tajo. La cueva de El Buraco guarda en su interior el testimonio de los antepasados: pinturas rupestres con 5.000 años de antigüedad. Los vecinos de Santiago de Alcántara han conocido desde siempre la existencia de este abrigo de roca, pero su puesta en valor ha tardado en llegar.

Una mirada detallada a las imágenes de color rojizo permite descubrir la huella indiferente del hombre. En las piedras, y sobre los trazados prehistóricos, se aprecian inscripciones realizadas con llaves, como las que se pueden encontrar en los troncos de los árboles o en la puerta del baño de una discoteca. Pero el destino de Santiago de Alcántara, su pasado y el del resto del Parque Natural del Tajo Internacional parece haber cambiado de suerte.

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alcalá de Henares trabaja desde el 2003 en la recuperación de la riqueza megalítica de la zona. Tres años más tarde, las investigaciones comienzan a arrojar resultados. La principal hipótesis sobre la que trabajan estos profesionales es que las pinturas de la cueva de El Buraco y las de La Grajera y los dólmenes que salpican el término municipal de Santiago pertenecen a la misma época, es decir, a la Edad de Cobre (se corresponde con el tercer milenio antes de Cristo).

De ser así, la tesis defendida por el equipo capitaneado por Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria la Universidad de Alcalá de Henares, rompería el patrón clásico que asocia las pinturas rupestres con la zona mediterránea de la Península (en el sur y el sureste) y los grabados -como los que hay en los monumentos funerarios- con la zona atlántica (en el oeste). En el Tajo Internacional ambas expresiones convivieron.

«Nuestros trabajos demuestran que los mismos constructores de megalitos graban en el río, pintan en la sierra y graban y pintan sus monumentos funerarios. Podemos decir tranquilamente que el área del Tajo Internacional es la primera área en la Península Ibérica que demuestra que pinturas y grabados forman parte de la definición de un territorio de modo contemporáneo», asegura Primitiva.