LA ENCINA
Su nombre técnico es "Quercus ílex" y pertenece a la familia de las fagáceas. Se trata de una especie de hojas perennes, de forma variada, aunque en general están asociadas a una forma ovalada o lanceolada. Su color es verde oscuro en el haz, o verde grisáceo cuando son jóvenes, mientras que el envés es fuertemente peloso con un nervio central del que salen 5-8 pares de nervios secundarios. El borde de sus hojas es entero, pero puede ser también espinoso, especialmente en los ejemplares jóvenes o en las partes bajas del árbol; lo que utilizan para protegerse del ganado.
Las flores masculinas y femeninas están presentes en el mismo árbol, ya que son hermafroditas y con floración desde mediados de marzo a mayo.
Las flores masculinas son amentos que cuelgan del extremo de las ramas y están formados por 6-12 estambres verde-amarillentos. Las femeninas son diminutas y externas, con forma de escama.
Los frutos, formados por una cúpula o cascabullo y por el glande o bellota, difieren en cuanto al tamaño, sabor y configuración externa (forma, coloración, etc.) entre distintos árboles.
Aunque de porte achaparrado cuando es joven, en estado maduro tiene una forma hemisférica, llegando a alcanzar una altura de 15 a 20 metros con raíces profundas que se ramifican profusamente. Las particularidades sobre altura, diámetro y aspecto de la copa son variables dependiendo de las podas que se le realizan. Su tronco es más o menos torcido en ejemplares jóvenes, pero en árboles ya formados aparece recto y cilíndrico, y su corteza es grisácea y muy agrietada.
Es un árbol que soporta temperaturas por debajo de los 0ºC y valores térmicos cercanos a los 50ºC, viviendo en terrenos donde se alcanzan los 400 mm de precipitación anual. Por otro lado, es una especie propensa a ser atacada por insectos en los frutos y en las hojas, y sufren enfermedades por hongos que causa las llamadas "escobas de brujas".
En Extremadura vive en zonas cuya altura media sobre el nivel del mar es muy variable. En Badajoz la altura máxima la alcanza en la Sierra de Tentudía sobre los 900 m, sin embargo, en Cáceres supera los 1.000 m en puntos de la Sierra de Gredos y la de Gata. Las zonas de altitud mínima están localizadas en las grandes cuencas fluviales del Tajo y Guadiana (100-150 m).
Actualmente la mayoría de las dehesas contienen un menor número de árboles que antaño; la dedicación a la agricultura y el predominio del estrato herbáceo sobre el arbóreo en la alimentación animal ha ocasionado una intensa deforestación. De todas formas existen en la Región alrededor de 1.000.000 de hectáreas de encinares.
La utilización de la encina es muy diversa y se ha practicado desde antiguo. Destaca el aprovechamiento de las bellotas, de sabor dulce, destinadas a cebar al ganado porcino ibérico en montanera, ya que ésta tiene un alto valor calórico debido a la elevada proporción de glúcidos y lípidos, y a la poca cantidad de agua que tienen los frutos maduros, es decir, cuando han caído del árbol. Su madera es muy dura y resistente, utilizándose para trabajos bastos de construcción y carpintería. Adecuadamente podadas, las encinas dan excelente leña, que pueden transformarse en carbón y picón. Tanto la leña como el carbón tienen todavía una gran importancia económica y social.
La encina no sólo tiene un gran valor económico, sino también un gran valor paisajístico y ecológico, ya que protege de la erosión del suelo e incrementa y acelera el flujo de nutrientes. Además sirve de refugio a diversos mamíferos como las jinetas, lirones caretos, garduñas, etc. que tienen sus madrigueras en los troncos huecos de viejas encinas. En sus copas anidan numerosas especies de aves rapaces como el águila real, águila perdicera, y milanos, y algunas aves insectívoras como rabilargos, petirrojos y abubillas. También, da cobijo al ganado que pastorea en las dehesas. Finalmente, es el árbol que mejor refleja las características propias de la dehesa, ecosistema típico de Extremadura y también de nuestra localidad.
Por último, y como una curiosidad, decir que el pueblo celta la llamó "Kaerques", que significa "hermoso". Y de verdad es un árbol hermoso y acogedor. No debemos olvidar que nuestros suelos existen gracias al paraguas protector de millones de encinas.
Texto Mª Ángeles Rosado.